No a la burocratización del profesorado

Los centros educativos llevan dos meses siendo un hervidero. La nueva ley educativa nos trae de cabeza a los trabajadores y las trabajadoras de la Enseñanza Pública. La LOMLOE no supone un gran cambio con la LOMCE, salvo el cambio de nombres de las mismas cosas que antes, pero dejando los aspectos más lesivos y mercantilistas de la LOMCE: progresiva pérdida de peso de las asignaturas no rentables (filosofía, latín …), infantilizar al alumnado, …. Incluso la empeora en algunos aspectos bajando el nivel educativo en los centros, favoreciendo la privatización futura de la Educación. Y para que esta denuncia sea de conocimiento general, hace falta analizar con pelos y señales.

Además la LOMLOE se está queriendo aplicar deprisa y corriendo, sin tiempo para pensar ni debatir. Los decretos autonómicos, que debían haber estado mucho antes de finalizar el curso anterior, para poder preparar el curso con tiempo, no los sacaron hasta mediados del mes de agosto.  De hecho, el del grado básico (antigua FP Básica) aún no ha salido, dando muestra de lo mucho que le importan al “Gobierno de progreso” de la Generalitat Valenciana los alumnos con más necesidades educativas y necesitados de un apoyo integral. ¿De verdad se pueden publicar un documento de 1581 páginas el 12 de agosto en periodo vacacional y esperar que el 12 de septiembre se esté aplicando? Es un tiempo manifiestamente insuficiente porque, además, tenemos que compaginar su lectura y análisis con el trabajo diario: la preparación de las clases, el comienzo de curso, las reuniones con padres, las evaluaciones iniciales, etc.

De esta forma la administración consigue que en lugar de dedicarnos a nuestro trabajo, que es enseñar y educar, estemos entretenidos en unas tareas burocráticas que, en muchas ocasiones no sirven para nada, puesto que se hacen para cubrir el expediente por el tiempo que tenemos para hacerlas, sin pensar en lo que estamos haciendo. Las consultas sobre este tema colapsan la Conselleria, los inspectores tampoco tienen claro qué hacer y dan instrucciones contradictorias entre si, los teléfonos de Conselleria echan humo y la mayoría de consultas se quedan sin atender y en los centros todo es un sálvese quien pueda.

Porque, seamos serios: ¿alguien piensa que se va a revisar todo ese infumable volumen de archivos y documentos? Cada docente puede tener que realizar perfectamente (o participar en su elaboración) de 2 o 3 programaciones didácticas (ahora propuestas pedagógicas, cambiémonos el nombre para que no se note que sigue siendo lo mismo de siempre), junto a 6 o 7 programaciones de aula. En total casi 10 documentos por docente, una cantidad de programaciones que nadie va a revisar, es tremendamente ridículo.

Este trabajo solo sirve para que los que han impulsado la LOMLOE se cuelguen una medalla, digan lo bien que está todo y la Educación Pública, a la que van los hijos e hijas de la clase trabajadora. Pero no porque haya mejorado el nivel de instrucción que recibe el alumnado, ni la porque estén más preparados para los cambios que a bien seguro se van a producir en la sociedad, sino porque hemos cambiado la forma de medir para que los números salgan.

Lo normal, ante esta ridícula situación, sería que los trabajadores nos plantásemos. Pero el ambiente en los centros de trabajo es de apatía y resignación, y no es casualidad. Desde hace años, quienes deberían representar a los trabajadores, estaban más preocupados porque las cosas estuvieran tranquilas, ya que el Govern del Canvi lo sentían muy suyo. Y es por esa espiral desmovilizadora, donde algunas veces ha habido que hacer como que se movilizaba para luego desmovilizar y no creerse ni las movilizaciones que se convocaban, que llegamos a este punto.

El Consejo Sindical Obrero quiere mostrar su apoyo a todas las trabajadoras y los trabajadores del sector educativo público valenciano en sus quejas y malestar ante la burocratización derivada de la LOMLOE. Exigimos a la Administración que deje de marearnos, de vender humo y nos deje hacer lo que sabemos hacer: que es enseñar, a pesar de las leyes educativas cambiantes. No es nada descabellado, en Illes Balears se están plantando, porque las mobilizaciones de cursos anteriores dejaron poso organizativo: donde hay siempre queda. Desde CSO animamos a los compañeros y compañeras a elevar el tono de la protesta, a organizarse en los centros porque lo necesitaremos para los tiempos venideros.

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